domingo, 28 de febrero de 2010

Dia 2, capitulo 1. Caballeros, arranquen sus motores




El primer dia acabo bien, la verdad. Pese a estar dolorido, creo que podia decir aquello de “jodido pero contento”. A fin de cuentas estaba bastante entero.

Nos fuimos a dormir inmediatamente despues de cenar en el restaurante el Xalet, de Ponts, que El Buen Tino califiacaria algo asi como: Cocina clasica catalana sin alardes. En la mas que austera carta de vinos brillan los caldos de las diferentes D.O. de las tierras Lleidetanas. 2 estrellas.

Amanecimos como el dia anterior: congelados. La diferencia es que no hacia tanto sol como el sabado y el cielo, plomizo, nos hizo presagiar una lluvia que por fortuna no llego.

Desayunamos con otros muchos moteros en el restaurante del hotel. Cinto, Marc, Manel y señoras ya estaban alli. Logicamente, las conversaciones de las mesas eran mototematicas.

Fani, la mujer de Cinto, merece una mencion especial y una ovacion en pie. Como en años anteriores, decidio acompañar a Cinto a la prueba, pero vistas las experiencias del pasado, donde se aburrio mientras esperaba a que acabase la prueba, este año decidio colaborar con la organización por amor al arte, por pasion, por pasar el rato, por que si. Gràcies Fani, moltes gràcies a tu i a tots els que com tu feu aixo posible.

En fin, descongelamos el parabrisas y empezamos camino.

Si el sábado el ambiente era de espectaculo el del domingo era de circo. Habia muchisima gente de publico ademas de los propios participantes. Aun asi, nos costo menos de 2 minutos llegar de nuevo a la zona de camping donde habiamos aparcado la jornada anterior. Una vez mas, la organización brillo en este aspecto. Sin aglomeraciones ni agobios, con un orden excelente.

Aparcamos y saludamos a nuestros vecinos, una familia de Xativa que habian dormido alli. Corrian tres chavales a los que se les veia que habian mamado gasolina desde bien pronto. Ya se sabe que la gasolina es un gen que se hereda.



David y Jara llegaron un par de minutos después. Era un dia de fiesta y se notaba en el aire, en las caras de la gente y en la calma general que reinaba.

Los extraterrestres de la categoria elite ya hacia una hora que corrian. Al poco de haber llegado nosotros, Aaron Bernardez pasaba primero, con mucha ventaja sobre el segundo, por la meta parcial para empezar su segunda vuelta… 2 vueltas… como Javier Bardem en huevos de oro: Si tengo 2 cojones, ¿Por qué no puedo dar dos vueltas?
Pues eso, que yo no fui capaz de hacer mas de 20 km y estos tios se cascaron 2 vueltas… en el tiempo que yo hice los 20 km… ¿Sera por eso que los llaman Elite?



A medida que la hora de salida se acercaba la tension iba creciendo. Albert estaba nerviosillo y David, por fin, se dejo llevar. Es como cuando los niños se levantan por la mañana el dia de navidad y les haces esperar… Los regalos ahí, tan cerca pero tan lejos a la vez… Y entonces les das permiso, les dices que ya pueden abrirlos y una sonrisa infinita se dibuja en su cara a la vez que salen corriendo al arbol a recoger lo que les pertenece… Pues eso, David estaba como un chiquillo el dia de navidad, todo sonrisa.

Y llego el momento. Alrededor de las 11:00 de la mañana acompañamos a nuestros pilotos a la linea de salida.

Es un momento magico, de verdad. Ver a mil tios a la vez, acercandose al parque cerrado, a ver como habian pasado la noche sus maquinas es todo un espectaculo.

Muchos tuvieron problemas para arrancar. El frio no perdona y las heladas de la noche provocaron mas de una sudada por la mañana.



Durante una media hora aquello era es un infierno. Te permiten tener la moto en marcha para poder calentarla, pero la salida se da con el motor parado y de pie, al lado de la moto.

Tres minutos antes de la salida obligan a todos los participantes a apagar motores. Es algo extraño. Alli donde un segundo antes se hacia imposible hablar, el silencio se apodera del ambiente. Se nota el nerviosismo en el aire, la tension se corta…



…Es en ese momento exacto en el que pienso en el año que viene, en lo poco que me importan las piedras, en lo absurdo de mi situación, en como voy a esforzarme por que todo salga bien la proxima vez…

Y ahí, justo ahí, cuando la señorita con minifalda y tacones en el barro (esplendida combinación!) levanta el cartel de 1 minuto, decido de manera unilateral (perdoname Jara, te hice ir como loca) que voy a vivir la carrera tan intensamente y en tantos puntos como me fuese posible…

Baja la bandera de cuadros y empieza la carrera… y la persecución…






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